La aparición del alga invasora RO ha supuesto tener que reinvertir capital en comprar nuevo material y en mano de obra en la almadraba.
Hablamos con Ana Santos Padilla, bióloga de la OPP51 de la Almadrana sobre las repercusiones del alga invasora RO.
Aunque la Almadraba no ha visto su cuota de pesca afectada como ocurre en el caso de los pescadores artesanales, bien es cierto que el alga invasora Rugulopteryx Okamurae ha creado algunos estragos en la Almadraba de Tarifa y de Conil desde su aparición.
"En 2019, no pudimos terminar la cuota en Conil. Hubo rotura de cables, cadenas y redes debido al peso que se estaba acumulando la almadraba por el alga. Pudimos salvar la temporada, pero esos destrozos nos llevó a dar la voz de alarma", comenta Santos Padilla, bióloga marina de la OPP51, que comprende la almadraba de Tarifa, Conil y Zahara. "En ese momento, establecimos un acuerdo de investigación a cuatro años con el departamento de biología marina de la Universidad de Sevilla, en la que decidimos realizar estudios de los distintos materiales empleados para la captura del atún y así determinar cuáles son más resistentes al peso y al desgaste que provoca el alga y otros hidrozoos, especialmente en la zona de Conil".
Parte de estas investigaciones comprenden la prueba de nuevos materiales y tipos de red y mallaje en el que potencialmente el alga se adheriese menos y también la prueba de redes que soportaran mejor el peso que supone el alga adherida. Aunque hasta el momento no se ha llegado a la fase concluyente de los experimentos realizados (cuyos datos serán seguramente revelados a finales de este año - comenta Santos Padilla), la Universidad de Sevilla, junto con la almadraba, han estado realizando también pruebas de antifouling con el medio marino y se han cambiado paños de red en los cuales otros materiales distintos al nylon han sido testados.
Todas estas pruebas han supuesto una inversión económica extraordinaria por parte de la almadraba, a la que hay que añadir también las horas extras de los pescadores debido a las labores de reparación y levantamiento (más pesado de lo normal) al estar las algas adheridas al mallaje, así como la inversión en maquinaria necesaria para limpiar y paliar la corrosión creada por las algas en las redes.